Cocina de raíces, pasión autodidacta
Detrás de los fogones de La Cocina del Casino está Miguel Ángel Ramírez, un chef autodidacta nacido en Jijona (Alicante), en el seno de una familia profundamente ligada a la hostelería. Desde niño creció entre cazuelas y heladeras, rodeado del aroma de los helados artesanos que elaboraban sus padres y del sabor de la cocina casera que siempre estuvo presente en su hogar.
Aunque la repostería formó parte natural de su entorno, su verdadera vocación fue siempre la cocina de restaurante. A lo largo de los años ha ido cultivando su talento de forma autodidacta, ampliando su formación a través de cursos especializados y, sobre todo, compartiendo fogones con grandes chefs de Alicante y Valencia, incluidos cocineros con Estrella Michelín, con quienes aún mantiene relación y admiración.
Hace ocho años, Miguel Ángel llegó a Soria, donde comenzó una nueva etapa profesional en lugares como El Cubo de la Solana, Almazán y Valdemaluque. Hoy, esa trayectoria culmina con ilusión y madurez en La Cocina del Casino, donde plasma todo lo aprendido y lo mezcla con sus raíces levantinas y su amor por el producto local.
Su cocina es pasión, dedicación y sabor real, con especial protagonismo del arroz, su plato fetiche, y un profundo respeto por la tradición.
Aunque la repostería formó parte natural de su entorno, su verdadera vocación fue siempre la cocina de restaurante. A lo largo de los años ha ido cultivando su talento de forma autodidacta, ampliando su formación a través de cursos especializados y, sobre todo, compartiendo fogones con grandes chefs de Alicante y Valencia, incluidos cocineros con Estrella Michelín, con quienes aún mantiene relación y admiración.
Hace ocho años, Miguel Ángel llegó a Soria, donde comenzó una nueva etapa profesional en lugares como El Cubo de la Solana, Almazán y Valdemaluque. Hoy, esa trayectoria culmina con ilusión y madurez en La Cocina del Casino, donde plasma todo lo aprendido y lo mezcla con sus raíces levantinas y su amor por el producto local.
Su cocina es pasión, dedicación y sabor real, con especial protagonismo del arroz, su plato fetiche, y un profundo respeto por la tradición.
